Comentario
Capítulo décimo
De las demás casas de este signo, de las cuales algunas son mal afortunadas, otras bien
La segunda casa de este signo se llamava ume máçatl. Dezían que era mal afortunada y desventurada. El que en esta casa nacía, ninguna buena fortuna tenía: era temeroso y cobarde y espantadizo, de cualquier cosa se espantava y temblava.
La tercera casa de este signo se llamava ei tochtli. Dezían que esta casa era bien afortunada, y los que en ella nacían, tenían de comer con muy poco trabajo. Dezían que como los conejos se mantienen de cosas del campo y no trabajan por lo que han de comer ni bever, sino que en todo lugar lo hallan a la mano, ansí dezían que los que nacen en este signo sin mucho trabajo son ricos.
La cuarta casa de este signo se llamava naui atl. Dezían que era mal afortunada, y los que en ella nacían dezían que siempre bivían en pobreza y aflicción y tristeza; nunca tenían contento ni alegría, y si alguna cosa ganavan, todo se les iva de entre manos.
La quinta se llamava macuilli itzcuintli. Dezían que era mal afortunada, porque era casa del dios del infierno, que le llamavan Mictlantecutli.
La sexta casa se llamava chicuacen oçomatli. Dezían que era de mal afortunada. Los que nacían en estas casas no los baptizavan en ellas, mas difiríanlos para séptima casa, que se llamava chicome malinalli. Y dezían que la séptima casa de todos los signos era bien afortunada por causa del número séptimo; en esta casa los baptizavan y los ponían los nombres.
La octava casa se llamava chicuei ácatl, y la novena casa chicunaui océlutl. Dezían que estas casas eran mal afortunadas, y los que en ellas nacían eran desventurados y no los baptizavan hasta la otra casa siguiente, que se llamava matlactli cuauhtli. Esta casa dizque remediava la desventura de las passadas, pero havían de hazer mucha penitencia para remediarse. Dezían que la décima casa era bien afortunada, y los que en ella nacían eran venturosos en cosas de guerra y valentía; eran osados y animosos.
La undécima casa se llamava matlactlioce cozcacuauhtli. Dezían que era bien afortunada, y los que nacían en ella tenían larga vida y murían viejos. La duodécima casa se llamava matlactliomome olin. Y la terciadécima se llamava matlactliomei técpatl. Todas éstas dezían que eran de buena fortuna en todos los signos, y los que en ellas nacían dezían que eran bien afortunados; desde la décima casa arriba dezían que todos eran bien afortunados, y los que en ellas nacían dezían que eran dichosos.